Como especialista en terapias psicológicas en Ciudad Real, aprovecho estos momentos, en los que nuestros chicos y chicas vuelven al cole, para escribir unas líneas sobre el bullying, el acoso moral y/o físico que sufren algunos niños y niñas por sus iguales, habitualmente en los centros educativos.

Estas fechas, en las que finalizan las vacaciones y nuestros hijos e hijas deben volver a retomar sus clases, son un momento privilegiado para que padres y madres estén atentos a las señales que nos envían. Niños y niñas que durante el periodo escolar se muestran tranquilos, relajados, alegres y extrovertidos, cambian su actitud y comportamiento cuando se acerca el inicio del curso. El fin de las vacaciones y el movimiento en casa de que todo vuelve a la rutina, se convierte en un momento temido por el niño acosado, donde empieza a generar ansiedad anticipatoria ante el recuerdo de los hechos vividos en años anteriores.

A continuación indico algunas señales, en cambio de comportamientos y actitudes,  que debemos atender para abordar el problema:

1.      Cambios en el estado de ánimo, que se inicia de manera repentina. En vacaciones ha estado alegre y tranquilo y ahora empieza a manifestar tristeza, irritabilidad y ansiedad.

2.      Empieza a dormir mal, por las mañana se levanta cansado, ha descansado poco. Esto también contribuye a que se encuentre más irritable y perezoso.

3.      Aparecen problemas intestinales, come menos e indica dolores de tripa o digestiones pesadas. En casos más graves puede darse otras manifestaciones gástricas más agudas.

4.      Puede manifestar otros síntomas inespecíficos, dolores de cabeza, malestar general, tics, etc.

Evidentemente, no siempre es acoso. Como experta en terapias psicológicas en Ciudad Real,  sabemos que hay niños que en estas fechas están deseando incorporarse al colegio y retomar las clases. Otros no se muestran tan entusiastas y abordan esta etapa con algo de malestar por tener que volver a la rutina. Bueno …. pues les pasa lo que a nosotros, los adultos, no somos tan diferentes como queremos creer. No obstante, como la prevención y no dar por supuesto lo más obvio es lo mejor, deberíamos aprovechar para hablar con el menor sobre cuáles son sus motivos para encontrarse así, si simplemente dejar atrás el periodo de vacaciones o enfrentarse a algo en el colegio que le angustia.

Al mismo tiempo, podemos aprovechar estos momentos para hacer una toma de contacto con el profesorado, advirtiendo de cómo está viviendo el niño o niña el inicio de curso, para que ambos, padres y profesores, estén vigilantes a signos que indiquen que puede estar sufriendo acoso. En el caso del acoso escolar la detección temprana es importantísima para evitar, no solo el sufrimiento presente del niño, sino también las secuelas a medio y largo plazo. Hoy sabemos, y lo veo con frecuencia en mi consulta (Mar Milla Sánchez Psicóloga ) en Ciudad Real, que haber sufrido acoso escolar está relacionado con sufrir múltiples trastornos psicológicos y adicciones en la edad adulta.