Es común en nuestra consulta de psicología en Ciudad Real hacer referencia a la sensibilidad extrema de una persona con trastorno límite de la personalidad –TLP o borderline– comparándola con la piel de alguien que tiene quemaduras de tercer grado. En términos emocionales, el paciente presenta una inestabilidad constante que le impide mantener relaciones ordenadas y que al mismo tiempo le lleva a realizar conductas impulsivas.

Su percepción de la realidad no oscila en un continuo entre el bien y el mal, sino que se mueve entre ambos extremos de manera radical. No existe el gris para ellos; pueden idealizar a una persona hoy y demonizarla mañana, sin que existan motivos tangibles. Además, esta radicalidad les impide incluso tener un autoconcepto bien definido de sí mismos y, por tanto, sus intereses, objetivos y valores cambian en cuestión de poco tiempo. Asimismo, muestran un miedo excesivo e irracional al abandono, incluso ante circunstancias en las que es evidente que se trata de una despedida temporal, por ejemplo, así como una intolerancia profunda a la soledad, la cual puede dar lugar al abuso de sustancias, compras desmedidas, o de relaciones sexuales.

Aunque las causas de este trastorno se desconocen, algunas de las causas comunes a todas las personas con TLP diagnosticado que hemos tenido la oportunidad de acompañar en nuestra consulta de psicología en Ciudad Real son una vida familiar conflictiva, haber sido víctimas de abusos sexuales, emocionales o físicos o haber sido objeto de abandono en su adolescencia o niñez. Cabe destacar que el trastorno límite de la personalidad se manifiesta con una mayor frecuencia en mujeres.

Así pues, el paliativo más común contra este trastorno es la medicación, pero no hay que olvidar terapias como las que llevamos a cabo en Mar Milla Sánchez Psicóloga, donde tenemos la capacidad de producir cambios a largo plazo que hagan innecesario su consumo.